Históricamente, la agroindustria ha sido uno de los pilares principales de la economía nacional, agregando hacia 20% del PIB. La representatividad del Brasil es tan grande, que el país ostenta títulos importantes, como ser el mayor productor del café, del azúcar, de la naranja y de la soja, además de ser el mayor exportador de la carne y del pollo, del etanol y de azúcar del mundo. Sin embargo, a pesar de poseer todas estas credenciales, todavía existen desafíos que obstaculizan que estos números crezcan, desafíos eses como los problemas venidos de una compleja legislación tributaria, una gerencia mala e una infraestructura precaria.
Además, el déficit en almacenaje, muchas veces, hace que se pierda toda la cosecha. Por lo tanto, si existe algo que puede colaborar con la evolución de este sector es la infraestructura flexible y que si adapte a las necesidades de cada productor. Asimismo, es necesario tener el montaje ágil, que sirva rápidamente al crecimiento de la cosecha.